
Microsoft ha dado un salto significativo en su apuesta por la inteligencia artificial al incorporar nuevas funciones en Copilot, su asistente de IA para usuarios de Microsoft 365. Estas novedades permiten a cualquier empleado crear aplicaciones, automatizar tareas y construir asistentes personalizados usando únicamente lenguaje natural, sin necesidad de escribir una sola línea de código.
Este avance no es menor: lo que antes requería conocimientos técnicos ahora está al alcance de millones de trabajadores. Las herramientas se llaman App Builder, Workflows y una versión simplificada de Copilot Studio, todas integradas directamente en la interfaz de Copilot y disponibles sin coste adicional para los suscriptores del plan de 30 dólares mensuales de Microsoft 365 Copilot.
Crear aplicaciones con una conversación
App Builder permite generar aplicaciones completas simplemente describiendo qué se necesita. Por ejemplo, un usuario puede pedir “una app para seguimiento de proyectos con panel de control y asignación de tareas” y Copilot se encarga de montar no solo la interfaz, sino también la base de datos, los permisos de acceso y las funcionalidades internas.
Estas aplicaciones se apoyan en Microsoft Lists, un sistema de base de datos ligero, y se pueden compartir con otros usuarios como si fueran documentos, mediante un enlace. Los usuarios pueden ajustar y perfeccionar las apps a través de comandos conversacionales hasta lograr exactamente lo que buscan.
Copilot también aprovecha el contexto organizacional. Si alguien solicita una herramienta para «el Proyecto Spartan», la IA puede revisar correos, documentos y reuniones previas para entender de qué se trata y proponer una solución adaptada. Esta ventaja contextual diferencia a Microsoft de otras plataformas de desarrollo sin código, como las de Google o Salesforce, que no acceden a esos datos.
Automatización al estilo asistente personal
La función Workflows convierte descripciones en procesos automáticos que se integran con Outlook, Teams, SharePoint y otras herramientas de Microsoft. Imagina pedirle a Copilot que programe una reunión cada vez que se aprueba un documento o que envie un resumen semanal al equipo. Todo se resuelve con una conversación.
El potencial aquí es similar al de tener un asistente personal digital que entiende las reglas de tu rutina laboral y las ejecuta sin errores ni olvidos. La IA actúa como el engranaje invisible que mantiene los procesos fluyendo sin necesidad de intervención humana constante.
Asistentes personalizados para tareas específicas
El tercer componente es una versión accesible de Copilot Studio, que permite crear agentes inteligentes personalizados. Estos pueden responder preguntas frecuentes, gestionar tareas recurrentes o incluso actuar como consultores internos, todo basado en documentos, correos o información almacenada en SharePoint y otras fuentes.
Este tipo de agentes son ideales para departamentos como Recursos Humanos o Atención al Cliente, donde pueden atender solicitudes internas de forma automática y consistente, reduciendo la carga operativa y mejorando la experiencia del usuario.
Un modelo que combina simplicidad con escalabilidad
Detrás de estas funcionalidades hay un concepto clave: «no hay acantilados». Es decir, si una app creada con App Builder se queda corta para necesidades más complejas, puede abrirse en Power Apps, el entorno de desarrollo completo de Microsoft. Lo mismo ocurre con los flujos de trabajo, que pueden migrar a Power Automate, o los agentes, que pueden evolucionar en Copilot Studio.
Esto resuelve uno de los problemas clásicos del desarrollo sin código: la obligación de rehacer todo desde cero al pasar a plataformas profesionales. Aquí, el crecimiento es progresivo y continuo, sin interrupciones.
Gobernanza y control en manos de TI
Con tantos usuarios creando soluciones internas, surge la pregunta de cómo mantener el orden. Microsoft ha previsto un sistema de gobernanza centralizada desde el centro de administración de Microsoft 365. Desde allí, los equipos de TI pueden ver todas las apps, reasignar propietarios, revocar accesos o convertir creaciones populares en soluciones oficiales.
Si un empleado deja la empresa, las apps creadas permanecen accesibles durante 60 días para que los gerentes puedan recuperarlas. De esta forma se evita la pérdida de herramientas críticas por rotación de personal.
Aun así, Microsoft sugiere que la mayoría de las apps creadas para uso individual o de equipos pequeños no requieren intervención del departamento de TI, salvo que escalen a un uso masivo.
Un nuevo tipo de trabajador digital
La visión de Microsoft apunta a transformar el perfil del trabajador de oficina. Si hace dos décadas era valioso saber usar tablas dinámicas en Excel, ahora será común encontrar en los currículos la experiencia con App Builder o Workflows, incluso en perfiles de ventas o finanzas.
Con 56 millones de usuarios activos en la Power Platform y la ambición de llegar a 500 millones, Microsoft busca convertir a cualquier empleado en un constructor digital. Es un paso más hacia un entorno donde la creación de herramientas sea tan habitual como enviar un correo o armar una presentación.
Riesgos, resistencia y el dilema del desarrollador ocasional
A pesar del entusiasmo, este enfoque no está exento de tensiones. Algunos usuarios han expresado frustración por la creciente presencia de funciones de IA en productos como la app móvil de Microsoft 365, donde la experiencia tradicional ha quedado relegada.
También persisten los riesgos asociados al «shadow IT», es decir, la proliferación de soluciones no oficiales que pueden crear redundancias o brechas de seguridad. Aunque Microsoft ofrece herramientas para monitorear estas creaciones, la facilidad para generar nuevas apps podría acelerar su aparición.
Por otro lado, Lamanna, presidente de negocio e industria para Copilot, subraya que los desarrolladores profesionales seguirán siendo esenciales en proyectos que impliquen contacto con clientes, datos externos o riesgos reputacionales. Las herramientas de Copilot están pensadas para uso interno, no para reemplazar a expertos en desarrollo.
Microsoft está poniendo a prueba un modelo ambicioso: convertir a millones de trabajadores en desarrolladores informales. Si logra un equilibrio entre facilidad de uso, control y utilidad real, podría estar marcando un nuevo estándar para el software empresarial.
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by Natalia Polo via WWWhat's new












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