
Instagram ha introducido una nueva función de personalización de iconos exclusiva para cuentas adolescentes, lo que ha generado una ola de reacciones divididas en la comunidad de usuarios. A través de esta iniciativa, los adolescentes pueden cambiar el icono de la aplicación por uno de los seis nuevos diseños, creados por el ilustrador Carlos Oliveras Colom. Entre las opciones estéticas se encuentran temáticas como «chrome», «cosmic» y «slime», que buscan conectar con los gustos visuales de una generación marcada por la creatividad digital y la cultura pop.
La función se activa desde la pantalla principal de la app tocando el logotipo de Instagram en la parte superior. Al hacerlo, se despliega un menú que permite seleccionar uno de los iconos alternativos. Esta posibilidad no está disponible para usuarios adultos ni para cuentas empresariales o profesionales, lo que ha levantado cierto debate sobre los criterios de inclusión y segmentación de funciones dentro de la plataforma.
Una estrategia que va más allá del diseño
Aunque a primera vista puede parecer un simple detalle visual, esta medida responde a una estrategia más amplia de Instagram y su empresa matriz, Meta, para conectar con el público adolescente en un momento en el que plataformas como TikTok o BeReal siguen ganando terreno en este segmento demográfico. Ofrecer personalización visual no es solo una cuestión estética, sino una forma de generar apego emocional con la herramienta y aumentar el tiempo de permanencia en ella.
Instagram busca, de este modo, ser visto como un espacio donde los adolescentes pueden expresarse también a través de pequeños detalles que refuercen su identidad digital. El icono de una app, al fin y al cabo, funciona como la «puerta de entrada» a una experiencia, y cambiarlo puede dar la sensación de estar usando algo hecho a medida. Es como decorar la portada de un cuaderno: el contenido puede ser el mismo, pero se siente distinto.
Reacción de la comunidad
Mientras algunos adolescentes han recibido la función con curiosidad o entusiasmo moderado, el sector adulto de la comunidad ha expresado frustración. Muchos usuarios cuestionan por qué esta función se restringe por edad, cuando otras plataformas permiten cierto grado de personalización a todos sus miembros.
Este tipo de diferenciaciones generan una doble lectura: por un lado, Instagram intenta crear un espacio «cuidado y dirigido» para los adolescentes, pero por otro, corre el riesgo de ser percibido como una plataforma que limita a los demás sin una justificación clara.
La personalización ha sido durante años un reclamo común en el mundo del software. Desde cambiar el fondo de pantalla hasta elegir tonos o temas oscuros, los usuarios valoran cada vez más la posibilidad de adaptar la experiencia digital a sus preferencias. Instagram parece haber captado esa necesidad, pero ha optado por implementarla de forma segmentada.
El rol del diseño en la experiencia digital
Carlos Oliveras Colom, el artista detrás de los nuevos iconos, destacó la libertad creativa que tuvo al desarrollar estas versiones del logo. Su participación subraya la importancia que Instagram está otorgando al diseño como vehículo de conexión con el usuario joven. No se trata simplemente de redibujar un logotipo, sino de traducir estados de ánimo, tendencias y referencias culturales en un ícono que se toca y se ve todos los días.
En un contexto donde la imagen tiene un peso determinante en la comunicación digital, el hecho de poder elegir un icono «cósmico» o «metálico» puede convertirse en una forma de expresión silenciosa pero poderosa. Cada elección estética refleja una identidad, un gusto personal, una forma de ver el mundo.
Implicaciones futuras y posibles extensiones
Este experimento podría marcar el inicio de una tendencia más amplia dentro de Instagram, donde la personalización de la interfaz cobre más protagonismo. Si la recepción entre adolescentes es positiva, no sería extraño que se implementen otras formas de adaptación visual, como fondos de perfil personalizados, nuevas formas de organizar el feed o incluso tipografías alternativas.
Por otro lado, cabe preguntarse si Meta abrirá eventualmente estas opciones a otros grupos de usuarios. El malestar expresado por quienes no pueden acceder a esta función podría servir de termómetro para ajustar la estrategia. En un entorno tan competitivo como el de las redes sociales, mantener la satisfacción del usuario es clave para la fidelización.
Adolescencia y tecnología: una relación compleja
Este tipo de iniciativas también reaviva el debate sobre cómo las plataformas digitales gestionan la experiencia de los menores de edad. Normalmente, la atención se centra en restricciones, filtros de contenido o medidas de seguridad. Esta vez, Instagram adopta un enfoque positivo, buscando ofrecer algo que no tiene que ver con limitaciones, sino con valor añadido.
La adolescencia es una etapa donde la necesidad de diferenciación y pertenencia conviven en un delicado equilibrio. Ofrecer personalización puede ser una forma de respetar esa necesidad, siempre que se haga con sensibilidad y sin caer en el aislamiento del resto de usuarios.
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by Natalia Polo via WWWhat's new












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