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"Para que la racionalidad del debate pueda existir, tal y como preconizaba la teoría liberal clásica, no basta la libertad formal de todos los ciudadanos para intervenir. Es preciso también que todos los participantes estén dotados de canales de información eficaces para conocer a fondo la realidad en torno a la que discuten. Requieren además una 'conciencia crítica' que les mantenga alerta y les impulse a aceptar el esfuerzo de analizar con rigor los problemas públicos. Unos ciudadanos despreocupados por la calidad de las informaciones de actualidad que reciben, ignorantes del grado de superficialidad y escasez de las explicaciones de la actualidad pública que llegan a recibir, es un público desposeído de capacidad real de participación" (José Luis Dader)

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PERFUME SI, COLONIA NO!



"Tengo un odio visceral hacia los blancos de Barrio Norte!"

(Luis D'Elia)

1 desahogos:

  1. Anónimo6:54 p.m.

    No te oí… En los días del silencio atronador.
    No te oí junto a las madres del dolor,
    no sonaste ni de lejos, por los
    chicos, por los viejos
    olvidados.

    No te oí… Puede ser que ya no estoy oyendo bien,
    pero al borde de las rutas de Neuquén,
    no te oí mientras mataban por la espalda
    a mi maestro.

    Y entre nuestros cantos desaparecidos
    yo jamás oí el sonido de tu tapa resistente,
    que resiste comprender que hay tanta gente
    que en sus pobres recipientes sólo guarda una ilusión.

    Cacerola de teflón, volvé al estante,
    que la calle es de las ollas militantes,
    con valiente aroma de olla popular.

    Cacerola de teflón, a los bazares
    o a sonar con los tambores militares
    como tantas veces te escuché sonar
    como tantas veces te escuché sonar…

    No te oí… cuando el ruido de las fábricas paró,
    cuando abril su mar de lágrimas llenó.
    No te oí con los parientes del diciembre adolescente, asfixiado.

    No te oí. Puede ser que mis oídos oigan mal,
    pero no escuché en la exposición rural,
    reclamar por el jornal de los peones yerbateros,
    por la rentabilidad de los obreros,
    por el tiempo venidero, porque venga para todos.

    No te oí ni te oiré porque no hay modo
    de juntar tu avaro codo con mi abierto corazón.

    Cacerola de teflón, volvé al estante
    de los muebles de las casas elegantes
    que las cocineras te van a extrañar.

    Cacerola de teflón, a los bazares
    o a sonar en los conciertos liberales
    como tantas veces te escuché sonar
    como tantas veces te escuché sonar.

    No te oí en el puente de Kosteki y Santillán
    No te oí por el ingenio en Tucumán.
    No te oí en los desalojos ni en los barrios inundados
    de este lado.

    No te oí, en la esquina de Rosario que estalló
    Cuando el ángel de la bici se calló
    y sus ángeles pequeños se quedaron sin comida.

    Y jamás te oí en la vida repicar desde acá abajo
    por un joven sin trabajo, a la deriva.
    Debe ser que desde arriba,
    desde los pisos más altos
    no se ve nunca el espanto y las heridas.

    Cacerola de teflón, volvé al estante.
    Yo me quedo en una marcha de estudiantes
    donde vos nunca supiste resonar.

    Cacerola de teflón, a los bazares
    o a llenarte de los más ricos manjares
    que en la calle no se suelen encontrar.

    Cacerola de teflón, a cocinar.

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