La semana pasada cerró con un tono más optimista en Wall Street, pero el saldo acumulado fue negativo. Tras una serie de caídas provocadas por datos laborales y resultados de grandes tecnológicas, el viernes trajo algo de alivio con un rebote moderado. Sin embargo, el S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq terminaron la semana con descensos del 2%, 2% y 2,7% respectivamente.
Detrás de este comportamiento mixto están dos factores principales: los resultados trimestrales de Nvidia y un informe de empleo en EE.UU. que superó las expectativas. A pesar de que Nvidia publicó cifras mejores de lo esperado, el mercado no respondió con entusiasmo. Los inversores están cada vez más sensibles a las altas valoraciones del sector de inteligencia artificial, lo que genera dudas sobre si estamos ante una burbuja en expansión.
El empleo y la Fed marcan el pulso del mercado
El informe laboral publicado por el Departamento de Trabajo de EE.UU., aunque retrasado, tuvo un impacto considerable. El crecimiento del empleo fue mayor al previsto, lo que enfrió las expectativas de un recorte de tasas en diciembre. En mercados donde cada palabra de la Reserva Federal puede mover los ánimos, este tipo de datos suele interpretarse como señal de que el banco central podría mantener una política monetaria restrictiva por más tiempo.
No obstante, el viernes John Williams, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, dio un respiro al declarar que la política actual es «modestamente restrictiva» y que ve espacio para recortes. Estas declaraciones hicieron que las apuestas por un recorte de tasas en diciembre subieran del 44% al 70%, según el indicador FedWatch del CME Group. Este cambio en el sentimiento refleja lo rápido que pueden girar las expectativas cuando la incertidumbre es alta.
Alphabet desentona en un panorama de caídas tecnológicas
A pesar de la debilidad generalizada en el grupo de las llamadas «Magnificent Seven», Alphabet logró cerrar la semana en verde. La compañía captó el interés de los inversores gracias a su modelo de inteligencia artificial Gemini 3 y al anuncio de que está desarrollando chips propios. Estos movimientos indican que Alphabet busca competir de tú a tú con Nvidia en el corazón del negocio de la IA: el hardware que la potencia.
La estrategia de integrar componentes propios recuerda a lo que hizo Apple al dejar de depender de Intel y diseñar sus propios chips M1. Si Alphabet logra un rendimiento competitivo, podría reducir costos, optimizar procesos y, sobre todo, tener mayor control sobre su ecosistema de IA.
Eli Lilly marca un hito fuera del sector tecnológico
En medio del protagonismo habitual de las tecnológicas, una empresa del sector salud captó titulares: Eli Lilly alcanzó una capitalización de un billón de dólares, convirtiéndose en la primera farmacéutica en lograrlo. El ascenso se explica por el fuerte interés en sus tratamientos innovadores, especialmente aquellos vinculados a la obesidad y la diabetes.
Este logro no solo representa una victoria para la compañía, sino también una señal de que el liderazgo del mercado no está reservado exclusivamente para la tecnología. La diversificación de sectores con peso en los índices podría ayudar a moderar la volatilidad y distribuir mejor el riesgo, algo que los analistas ven con buenos ojos.
Perspectivas económicas y factores geopolíticos
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, se mostró optimista sobre la economía estadounidense y descartó una recesión en 2026. Durante una entrevista en «Meet the Press», destacó que la base está puesta para un crecimiento fuerte sin presiones inflacionarias. Sin embargo, reconoció que algunos sectores continúan enfrentando dificultades.
En el plano internacional, la polémica en torno al plan de paz impulsado por EE.UU. para Ucrania también genera tensión. Las negociaciones en Ginebra con autoridades de Kyiv y europeos no han logrado disipar la controversia. Aunque estos temas parecen alejados de las cotizaciones diarias, la estabilidad geopolítica es un factor clave para los flujos de inversión global.
Un mercado que busca equilibrio
Noviembre ha resultado ser un mes atípico para los mercados. Las expectativas que empezaron con tono positivo se vieron desafiadas por cifras económicas sólidas y la preocupación sobre una posible sobrevaloración de los activos vinculados a la inteligencia artificial. Sin embargo, también se están abriendo espacios para otras narrativas.
La consolidación de empresas como Eli Lilly, la posibilidad de recortes de tasas y los movimientos estratégicos de compañías como Alphabet indican que el mercado está lejos de ser un monólogo tecnológico. La diversidad de voces es lo que podría dar estabilidad en un escenario donde los datos macroeconómicos, las políticas monetarias y la geopolítica juegan roles protagónicos.
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by Natalia Polo via WWWhat's new
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