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"Para que la racionalidad del debate pueda existir, tal y como preconizaba la teoría liberal clásica, no basta la libertad formal de todos los ciudadanos para intervenir. Es preciso también que todos los participantes estén dotados de canales de información eficaces para conocer a fondo la realidad en torno a la que discuten. Requieren además una 'conciencia crítica' que les mantenga alerta y les impulse a aceptar el esfuerzo de analizar con rigor los problemas públicos. Unos ciudadanos despreocupados por la calidad de las informaciones de actualidad que reciben, ignorantes del grado de superficialidad y escasez de las explicaciones de la actualidad pública que llegan a recibir, es un público desposeído de capacidad real de participación" (José Luis Dader)

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Rebeldía francesa

Los estudiantes endurecen la protesta contra la ley de empleo y piden la renuncia de Chirac


Según los organizadores, más de tres millones de franceses exigieron otra vez el retiro del contrato laboral. La Policía contabilizó cerca de un millón. Esta vez, no se registraron graves incidentes como en las marchas anteriores. Una de las consignas que más se escuchó en la marcha fue "Chirac dimisión".

Después de la huelga general que volvió a sacudir a todo el país, el gobierno francés y los sindicatos hicieron cuentas para determinar el nivel de participación que tuvo esta nueva protesta contra el polémico contrato laboral. La guerra por los números tras cuatro masivas manifestaciones tuvo un solo interés: determinar si la lucha contra el CPE sigue con brazo firme o si las modificaciones a la ley ordenadas por el presidente Jacques Chirac, dividió las aguas entre los estudiantes.

Más de tres millones de personas se movilizaron contra la ley de empleo, según los datos de los sindicatos, se trata de una cantidad similar a los convocados en la del 28 de marzo. Un punto que Bernard Thibault, el líder del gremio de la CGT, hizo hincapié. En la Plaza de la República, ubicada en el corazón de París, miles de estudiantes se encolumnaron detrás de una gran bandera que rezaba “Retiro al CPE”. De a poco, varias filas de manifestantes comenzaron a desembocar en la plaza. La tensión creció cuando unos cientos se convirtieron en multitud.

Entonces comenzaron los primeros incidentes: corridas y avances de grupos aislados que con piedras y botellazos desafiaron a los agentes anti-motines. Los choques con la Policía fueron registrados por las cámaras de televisión. Mostraban a algunos manifestantes con el rostro cubierto. La medida se sintió fuerte en toda Francia. Las calles fueron cortadas, el transporte público –trenes, micros y aviones- mantuvieron un servicio de emergencia, y las consignas contra el CPE se repitieron en todas las ciudades. En cuanto a la convocatoria, el jefe de la CGT agregó que las protestas de hoy fueron "muy comparables" a las de hace una semana.

La imagen –con menos incidentes- fue similar a la anterior huelga, que paralizó a todo el país. En algunas ciudades, los enfrentamientos con la Policía tuvieron un estilo muy setentista: sentadas, bailes frente a la mirada de los agentes de seguridad y orquestas de música.

Del otro lado, el gobierno francés intentó demostrar que la huelga de hoy perdió contundencia. Según datos de la Policía, un poco menos de un millón de personas se movilizó en toda Francia. En París, la manifestación congregó a 84.000 personas, según la policía, y 700.000 según los sindicatos, que tuvo el apoyo de la Confederación Europea de Sindicatos. El diario Le Parisien habla de “otro martes negro” para el gobierno pero sostiene que hay una “esperanza” al dialogo. “Envían algunas señales de apertura por una y otra parte”, indica en su edición online y agrega que “el bloqueo no fue total”.

La receta de Chirac para descomprimir el conflicto fue conceder la modificación de dos puntos a la futura ley: el período de prueba, que redujo de 2 años a 1, y el motivo de despido, que deberá ser informado y justificado por escrito en sus razones. Pero los estudiantes exigen el retiro liso y llano del contrato laboral ya que consideran que institucionaliza la precariedad laboral. La de hoy, se trató de una nueva demostración de fuerza que unió por quinta vez a los franceses sin exhibir signos de fracturas.

“La movilización es un nuevo éxito'', festejó la central obrera CGT en un comunicado. Además de pedir la cabeza del premier De Villpin, una de las consignas que se escuchó fue el grito de: "Chirac dimisión". La prioridad del gobierno es salir de la crisis actual pero el margen de negociación continúa siendo estrecho porque los estudiantes y universitarios exigen como condición excluyente para sentarse en la mesa de negociación el retiro del CPE.

El conflicto, hasta el momento, promete extenderse por tiempo indefinido.


*Extraído de Clarín online

2 desahogos:

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