Archivo

"Para que la racionalidad del debate pueda existir, tal y como preconizaba la teoría liberal clásica, no basta la libertad formal de todos los ciudadanos para intervenir. Es preciso también que todos los participantes estén dotados de canales de información eficaces para conocer a fondo la realidad en torno a la que discuten. Requieren además una 'conciencia crítica' que les mantenga alerta y les impulse a aceptar el esfuerzo de analizar con rigor los problemas públicos. Unos ciudadanos despreocupados por la calidad de las informaciones de actualidad que reciben, ignorantes del grado de superficialidad y escasez de las explicaciones de la actualidad pública que llegan a recibir, es un público desposeído de capacidad real de participación" (José Luis Dader)

Mail Instagram Pinterest RSS
Mega Menu

Dreamer: la inteligencia artificial de Google que aprende por sí sola jugando Minecraft

¿Te imaginas una inteligencia artificial que aprende sin que nadie la entrene directamente, como si fuera un niño curioso que explora el mundo por sí mismo? Así funciona Dreamer, el nuevo sistema desarrollado por Google DeepMind, capaz de dominar Minecraft en apenas nueve días sin ayuda externa. Pero esto no se trata solo de videojuegos: es una ventana hacia un futuro donde las máquinas pueden mejorar sus habilidades por sí mismas para desenvolverse en el mundo real.

¿Qué es Dreamer y por qué es tan especial?

Dreamer es un algoritmo de inteligencia artificial que forma parte de una nueva generación de sistemas conocidos como model-based reinforcement learning o aprendizaje por refuerzo basado en modelos. A diferencia de otros sistemas que simplemente reaccionan al entorno, Dreamer imagina escenarios futuros y toma decisiones basadas en lo que “cree” que sucederá. Es decir, sueña despierto.

Este enfoque no es nuevo en la teoría, pero lo revolucionario es cómo lo ha aplicado DeepMind: en lugar de entrenar a la IA con millones de datos o ejemplos, le dieron un entorno (Minecraft), una meta (encontrar diamantes) y la capacidad de simular el futuro. Nada más.

Minecraft como campo de entrenamiento

Puede parecer curioso usar un videojuego como banco de pruebas para una IA, pero Minecraft es ideal por su complejidad abierta. No tiene un camino fijo, ni objetivos predeterminados: el jugador —humano o máquina— debe decidir qué hacer, cómo explorar, qué construir y cómo sobrevivir.

El equipo detrás de Dreamer diseñó un sistema de recompensas: cada vez que la IA encontraba diamantes, ganaba puntos virtuales. Pero aquí viene lo interesante: no le dijeron cómo hacerlo. Dreamer tuvo que descubrirlo por sí misma, probando distintas estrategias, aprendiendo de los errores y simulando mentalmente miles de mundos posibles.

Solo 30 minutos por universo

Para hacer el reto aún más exigente, los investigadores impusieron una limitación: Dreamer solo podía jugar en cada escenario durante 30 minutos. Luego, el juego se reiniciaba en un mundo completamente nuevo. Es como si cada media hora te despertaras en un planeta distinto, con las reglas del anterior, pero con un entorno completamente cambiado.

Esta variación constante obligó al algoritmo a enfocarse en lo esencial, descartando lo irrelevante y conservando solo aquellas estrategias que podían aplicarse en múltiples contextos. En menos de diez días, Dreamer ya jugaba como un experto.

¿Cómo aprende exactamente Dreamer?

El corazón de Dreamer está en su habilidad para crear un “modelo del mundo”. Es decir, no solo reacciona a lo que ve, sino que construye una especie de simulador interno que le permite predecir qué pasará si hace tal o cual cosa.

Pongamos un ejemplo sencillo: imagina que quieres sacar un vaso de un estante alto. Puedes visualizar en tu mente si necesitas una silla, si puedes alcanzarlo con la mano o si es mejor usar una pinza. Esa capacidad de imaginar antes de actuar es justamente lo que hace a Dreamer tan poderoso.

En lugar de chocar una y otra vez con los mismos obstáculos, la IA ensaya mentalmente muchas alternativas, como si jugara partidas de ajedrez contra sí misma. Esto le permite aprender más rápido y de forma más general.

¿Por qué esto es importante fuera de los videojuegos?

Aunque dominar Minecraft puede parecer un truco de feria, lo cierto es que este experimento abre puertas a aplicaciones mucho más amplias. Si una IA puede aprender tareas complejas sin intervención humana directa, podríamos tener robots autónomos capaces de adaptarse a nuevas situaciones, aprender nuevos trabajos o incluso ayudarnos en catástrofes sin necesidad de ser reprogramados.

Por ejemplo, un robot de rescate podría explorar ruinas tras un terremoto, aprendiendo a sortear escombros, reconocer sonidos humanos y buscar rutas de salida, todo sin instrucciones específicas. La clave está en la capacidad de aprender en tiempo real, con flexibilidad y propósito.

Imaginación artificial: el superpoder de Dreamer

Lo que distingue a Dreamer de otras IA es su imaginación artificial. Mientras muchos algoritmos necesitan toneladas de datos y repeticiones para aprender algo, Dreamer visualiza posibilidades futuras y actúa en consecuencia. Es como un ajedrecista que no solo piensa en la próxima jugada, sino en todo el partido y cómo reaccionará su oponente.

Este tipo de aprendizaje puede revolucionar campos como la robótica, los vehículos autónomos, la planificación urbana o incluso el desarrollo de nuevos fármacos. Donde haya incertidumbre y necesidad de adaptación, una IA como Dreamer podría marcar la diferencia.

¿Estamos cerca de una IA verdaderamente autónoma?

Aunque Dreamer representa un gran salto, aún estamos lejos de una IA que piense como un humano. Por ahora, su capacidad está limitada a entornos digitales y tareas muy específicas. Pero el hecho de que pueda autoentrenarse y mejorar rápidamente ya plantea preguntas fascinantes:

  • ¿Deberíamos dejar que las máquinas establezcan sus propios métodos de aprendizaje?

  • ¿Qué tipo de control ético o técnico necesitaremos?

  • ¿Cuándo será seguro permitir que un robot “sueñe” con sus propias metas?

Un paso más cerca del futuro

El desarrollo de Dreamer demuestra que la inteligencia artificial está saliendo del laboratorio para empezar a aprender por sí sola, como un niño curioso que descubre el mundo con cada experiencia. Al darle una meta clara y un entorno rico en posibilidades, esta IA fue capaz de enseñarse a sí misma en tiempo récord.

En el futuro, podríamos tener asistentes digitales que no solo nos respondan, sino que anticipen lo que necesitamos. Robots que no solo obedezcan órdenes, sino que resuelvan problemas nuevos por sí mismos. Todo empieza con la capacidad de imaginar… y de soñar.



https://ift.tt/evVCx9y
by Juan Diego Polo via WWWhat's new

0 desahogos:

Publicar un comentario

Los comentarios son opiniones personales y no necesariamente coinciden ideológicamente con esta pagina. Tu cosmovisión es única e irrepetible.