
Brasil ha dado un paso clave en la diversificación de su matriz energética. Esta vez no se trata de parques solares ni de nuevos avances en energía eólica, sino de algo mucho más familiar en su territorio: el etanol, un combustible que ya forma parte de su día a día y que ahora apunta a un nuevo objetivo, hasta ahora poco explorado: la generación de electricidad a gran escala.
Con una alianza estratégica entre la empresa finlandesa Wärtsilä y la brasileña Energética Suape II, se ha puesto en marcha una prueba pionera en la central termoeléctrica Suape II, ubicada en Recife. La propuesta es tan simple como ambiciosa: usar etanol producido a partir de caña de azúcar para alimentar motores generadores de electricidad.
¿Etanol como energía eléctrica? Una idea con raíces profundas
Para entender la importancia de esta iniciativa, conviene recordar que Brasil es el mayor productor y consumidor de etanol derivado de la caña de azúcar del planeta. En los surtidores de gasolina, este biocombustible ya es una opción común, y forma parte del día a día de millones de conductores brasileños.
Sin embargo, hasta ahora su potencial para la generación de energía eléctrica no se había desarrollado más allá de proyectos aislados o de pequeño alcance. Este nuevo proyecto pretende cambiar eso, colocando al etanol como protagonista en la generación eléctrica de respaldo, con pruebas extensas que podrían abrir nuevas puertas a este recurso renovable.
Un motor diseñado para funcionar con etanol
Lo que hace única esta propuesta no es solo el uso del etanol, sino la tecnología que lo respalda. Wärtsilä está desarrollando lo que se considera el primer motor del mundo optimizado para operar exclusivamente con etanol a gran escala, orientado a la generación continua de electricidad.
Las pruebas comenzarán en abril de 2026 y se extenderán durante al menos 4.000 horas en un período de dos años. El objetivo no es simplemente comprobar que el etanol puede hacer girar una turbina, sino analizar en detalle su eficiencia, estabilidad, emisiones y costos operativos.
Desde WWWhatsnew.com creemos que estas pruebas representan una oportunidad valiosa para que otros países con producción de biocombustibles puedan observar con atención y considerar una nueva vía para diversificar sus fuentes energéticas.
Por qué esto importa en el contexto global
En un contexto donde las energías renovables deben crecer rápidamente para cumplir con los compromisos climáticos, el papel de los biocombustibles como complemento a las fuentes intermitentes (como la solar o la eólica) es cada vez más relevante.
Según la Agencia Internacional de Energía, el uso de biocombustibles en generación eléctrica debe casi duplicarse de aquí a 2030 para cumplir los objetivos de emisiones netas cero. En 2023, generaron aproximadamente 700 TWh de electricidad en todo el mundo, pero se espera que esa cifra ascienda a 1.250 TWh en apenas cinco años.
Este tipo de proyectos, como el que se está probando en Brasil, son esenciales para lograr ese crecimiento sin depender exclusivamente de infraestructuras complejas o importación de tecnologías.
Una energía accesible, local y transportable
Uno de los argumentos más sólidos a favor del etanol como fuente de energía es su carácter local y fácilmente transportable. Tal como lo expresó Anders Lindberg, presidente de Wärtsilä Energy, el etanol no solo reduce la dependencia de fuentes fósiles, sino que fortalece la seguridad energética al aprovechar un recurso ya integrado en la economía y cultura energética del país.
En mi opinión, esa combinación de disponibilidad local y escalabilidad puede ser lo que realmente convierta al etanol en un pilar renovable alternativo, especialmente en países donde ya se produce en grandes cantidades.
Un respaldo energético flexible y confiable
El papel que se espera para esta tecnología no es reemplazar completamente otras fuentes, sino servir como respaldo estable en momentos en los que la energía solar o eólica no pueden suplir la demanda, o cuando se necesiten soluciones rápidas y confiables para asegurar el suministro.
La propia Wärtsilä será responsable de operar y mantener la central bajo un contrato O&M (operación y mantenimiento) que estará vigente hasta el final de 2026, en paralelo con el contrato de compra de energía firmado con Energética Suape II.
Además, el gobierno federal brasileño ya está dando señales claras de apoyo, incluyendo el etanol en la próxima subasta de capacidad de reserva energética, prevista para junio de 2025. Esto demuestra un interés real en incorporar este biocombustible al sistema energético nacional, más allá de su uso en transporte.
Tecnología finlandesa, innovación brasileña
Otro elemento interesante del proyecto es el carácter internacional de la colaboración. La tecnología principal proviene de Wärtsilä, mientras que el desarrollo en suelo brasileño cuenta con el respaldo de Business Finland, la agencia gubernamental de innovación del país nórdico, a través del programa WISE (Wide and Intelligent Sustainable Energy).
Esta cooperación representa un buen ejemplo de cómo la transferencia de conocimiento tecnológico puede impulsar soluciones locales, sobre todo cuando los intereses de sostenibilidad y eficiencia energética están alineados entre las partes.
Desde WWWhatsnew.com, valoramos especialmente este enfoque colaborativo: cuando la innovación cruza fronteras y se adapta a contextos locales, sus posibilidades de éxito se multiplican.
¿Y si funciona?
Si los resultados de estas pruebas son positivos, no solo podríamos ver más plantas alimentadas con etanol en Brasil, sino que también se abriría la posibilidad de replicar este modelo en otros países con producción agrícola intensiva de caña de azúcar, maíz u otras materias primas fermentables.
Imagina por un momento que las mismas hectáreas que hoy producen azúcar también puedan dar electricidad a una ciudad entera. No estamos hablando de una tecnología lejana, sino de aprovechar de forma más inteligente lo que ya existe.
Y aunque aún quedan muchas pruebas por delante, lo cierto es que este experimento energético basado en etanol ya ha hecho historia: no solo por ser el primero en su tipo, sino por abrir nuevas posibilidades en un mundo que necesita con urgencia ideas diferentes y sostenibles para generar energía.
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by Natalia Polo via WWWhat's new
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