Dos conciencias

Pareciera ser que la única forma de protesta es el piquete. A priori es bueno el método: llama la atención de los medios, molesta a los funcionarios y no necesita demasiada organización previa en la mayoría de los casos. Contrariamente, lo que si desconoce la receta es que en su intento por visibilizar problemáticas de distinta índole, se enfrenta con los intereses de su misma clase. Los trabajadores que circulan por una autopista y ven obstaculizado su paso, no simpatizan con el piquete por una cuestión simple: es la guerra de pobres contra pobres. 

Algunos llegan tarde a sus hogares, otros ganan fastidio por el calor, y el único saldo que queda en la memoria y en la retina es el rechazo a esta manera de hacer justicia. Los derechos de unos valen más que los derechos de otros. Es ahí cuando hace aparición el milico que ciertas personas llevan dentro: que la policía está desarmada, que a la gendarmería no la dejan actuar, que hay que matarlos a todos los que protestan en el paredón...

Con un mínimo de espíritu crítico, se pueden tirar abajo todos esos dogmas de 'vieja de barrio' que no tienen justificación sustentable. Hace falta un ejercicio mental para correrse del lugar propio y encarnarse en la vida del otro, pero en la necesidad cotidiana todo eso pareciera disolverse...

Me parecería copado que se busque enfocar la lucha. Veamos el caso de Constitución.